El 14 de febrero estalló de nuevo la rabia de mujeres, en su mayoría jóvenes, sobre la incapacidad de los gobiernos federal y estatal de encontrar una estrategia efectiva para combatir el feminicidio. No solamente por la brutal manera en que se asesinó a Ingrid Escamilla, sino también porque de nuevo, como en varios casos anteriores, servidores públicos filtraron las imágenes de su cuerpo, revictimizándola y quitando su dignidad.

Cimacnoticias habló sobre las obligaciones del Estado para garantizar seguridad a las mujeres, con la magistrada de la Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Celia Marín Sasaki, quien ha conocido de diversos casos de feminicidio, entre ellos el de Lesvy Berlín Rivera, al resolver que debería clasificarse como feminicidio agravado.

– Sonia Gerth (SG): ¿Cuál es la responsabilidad del Estado frente a la violencia de género?

-Celia Marín Sasaki (SMS): En primer término, en el tema de la violencia de género nuestro país ha sido declarado responsable de violar los Derechos Humanos de las mujeres, en la resolución de Campo Algodonero, que tiene que ver con el tema que todas y todos conocemos tristemente, de las mujeres asesinadas de Juárez. Ahí la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) hace un estudio muy profundo y declara responsable a nuestro país, por haber violado diversos Derechos Humanos de las mujeres. En el caso concreto, había violaciones a las garantías judiciales, a la debida diligencia, a las tutelas jurídicas efectivas, a la protección de estas niñas, porque dos de ellas eran menores de edad, violaron su derecho a la vida, su derecho a la integridad corporal. En todos estos derechos, el Estado fue responsable de esa violación, porque en principio, no les dio la protección que ellas requerían para desarrollarse en una vida libre de violencia. Y en segundo lugar, cuando ya se cometieron los delitos, no actuaron con la debida diligencia. ¿Qué hacían las autoridades cuando las familiares iban a denunciar las desapariciones? Les decían, basándose en todos estos estereotipos de género, “no, no vamos a iniciar las investigaciones, sino que hasta después de 48 horas, 72 horas, porque estas niñas han ido a bailar con sus novios!” Cuando el tiempo en esos delitos, esas investigaciones, ¡el tiempo es oro! Entonces, no actuaron con la debida diligencia. Y una vez que se comete todo este delito, empezamos a tener el problema de las investigaciones, de judicializar todo esto. A 10 años de la resolución de Campo Algodonero, no hemos cumplido, y seguimos teniendo víctimas y víctimas, y el feminicidio sigue en aumento. Y a diario se mata a diez mujeres, nada más por el hecho de ser mujeres!

-SG: ¿En manos de quién debería de estar la responsabilidad de cumplir? ¿Olga Sánchez Cordero? 

-CMS: No, no. Las responsabilidades están en diversos órdenes. En principio, el Ejecutivo, como todas las autoridades del país, así lo declararon en la resolución de Campo Algodonero, todas las autoridades del país somos responsables, y somos garantes del respeto de los Derechos Humanos de las mujeres. Uno, el Ejecutivo, a través de sus políticas públicas efectivas. El legislativo, a través de una legislación acorde, correspondiente, y que realmente sea aplicable. Y en tercer lugar, el Poder Judicial a través de las resoluciones que emite cuando hay necesidad ya de meternos al problema de toda la violencia de género. Desde las violencias más leves, cuando están judicializadas, hasta el feminicidio, que es la violencia extrema. Todos los órganos del poder están involucrados. Somos responsables Ejecutivo, Legislativo, y Judicial. 

-SG: Pero ¿se ha visto un cambio estructural a diez años que existe la sentencia? 

– CMS: Sí, claro, las políticas públicas han cambiado, la legislación también. Hemos cumplido, porque están las recomendaciones, ¿no? Se tipificó el feminicidio. Se  aplica la perspectiva de género porque en esa resolución de Campo Algodonero, nos ordena: tu tienes que aplicar esta política pública, tu legislación y tus resoluciones ¡con perspectiva de género! La perspectiva de género ahí surge como una obligación convencional. Ya vinieron reformas constitucionales, entonces ya tenemos muchas herramientas, y muchos instrumentos de carácter formal. ¿Qué nos ha dicho la Corte Interamericana? México, tú ya tienes tratados internacionales, tienes reforma constitucional, tienes reformas a leyes secundarias, tienes protocolos… lo único que te falta, es que toda esa normatividad formal la apliques en la vida real, en la realidad de todas y cada una de estas víctimas. 

-SG: Correcto, porque el año pasado Cimacnoticias publicó una investigación sobre varios casos de Justicia Patriarcal donde constatamos eso: tienen las herramientas, ¡pero no las aplican!

-CMS: Exactamente. Mira, todas esas leyes es una parte formal del derecho, pero ese derecho para que funcione y se aplique en la vida de los justiciables, hay que aplicarlo al caso concreto. Hay que hacerlo una realidad y en eso todavía estamos muy cortos porque la perspectiva de género no la entienden. La perspectiva de género, tanto en el Ejecutivo, el Legislativo y lo Judicial, es una metodología, es una herramienta que trata de poner en un plano de igualdad a las partes cuando existen asimetrías de poder y en un plano de igualdad. Te pongo el ejemplo de un proceso: Generalmente la situación de los hombres está arriba y la situación de las mujeres está abajo. Y tú no empleas la perspectiva de género como una metodología para partir de planos de igualdad, entonces claro que lo que tú resuelvas va a seguir manteniendo esa asimetría del poder, en donde a las mujeres siempre les va muy mal. También, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitió una jurisprudencia cuyo título es “Acceso a la Justicia en Condiciones de Igualdad. Elementos para juzgar con perspectiva de género.” Y te da toda una serie de pasos, en donde te señala qué es lo que tienes que observar tú como juzgador para eliminar esas asimetrías de poder, que impiden impartir esta justicia de manera completa e igualitaria. En principio, dice: “Para ello el juzgador debe tomar en cuenta lo siguiente: identificar primeramente si existen situaciones de poder que por cuestiones de género den cuenta de un desequilibrio entre las partes de la controversia.”

-SG: Sí, conozco la jurisprudencia. Mi pregunta iba más bien: ¿Cómo hacer que los servidores públicos realmente implementen la perspectiva de género? No solamente jueces y juezas, también policías, peritos por ejemplo… hay quienes dicen que hay que implementar sanciones a estas personas, que no solamente no lo hacen, sino también que violan los Derechos Humanos de las mujeres. Entonces, ¿En la Ciudad de México, son muy frecuentes los juicios contra servidores públicos?

-CSM: No, no no. En mi vida de juzgadora, nunca he visto algo así. Que se tipifique algún delito o que se lleve al ámbito penal por omitir, o sea, un delito de obstrucción de justicia o de servidores públicos por no aplicar la perspectiva de género, nunca lo he visto. Hasta el día de ahora nunca lo he visto.

-SG: Sólo como un ejemplo. El juzgador que dejó libre al ex CEO de Amazon que mató a su ex esposa, Abril Pérez, o la filtración de datos que revictimizan , y otras violaciones a Derechos Humanos. ¿Nunca ha visto usted?

-CSM: Nunca he visto una imputación, una investigación, una carpeta, o una investigación previa antes, en relación con ese tipo de conductas. Nunca las he visto. En mi vida de juzgadora. Ahora, creo que aquí hay un grave problema que tiene que ver con la especialización de esos órganos. El feminicidio es un delito complejo, que protege dos bienes jurídicamente tutelados: uno es la vida de las mujeres, y la otra, es el tema del género. Y lo desarrolla perfectamente el legislador cuando crea el tipo penal. Pero hay un gran desconocimiento en relación con esto. Y el gran desconocimiento aunado a la resistencia para poder comprender cuál es el alcance de este tipo penal, porque ahí está la influencia androcéntrica y patriarcal que no lo permite. Entonces, tú analiza, cuáles son los órganos especializados en esto ¡No existen! Sencillamente no existen. Porque para que tú especialices un órgano en esto, número uno, tienen que conocer la teoría de género. ¡Y no la conocen, ni en sus niveles más elementales! Entonces, no hay especialización, no hay capacitación precisa, clara. Hay instituciones que tienen protocolos para investigar y juzgar con perspectiva de género. La gente de sus instituciones, ¡no lo conocen!

-SG: Ah si? ¿De la Fiscalía Especializada?

-CSM: Pues, bueno. Para que te digo. Son diversas instituciones que tienen que ver con el tema. Y a ver ¿dónde está la currícula? ¿Quién se encarga de esto? Y esa especialización debe estar desde la cabeza hasta los pies. Y además, la gente ¡que esté convencida del tema! Porque si pones a puros machistas ahí, ¡pues nunca va cambiar el tema!

-SG: Entonces, por lo que dice, supongo que usted opina que debe prevalecer el tipo penal del feminicidio 

-CSM: ¡Claro que tiene que prevalecer! Porque eliminarlo o hacerlo a un lado, implica un desconocimiento de la gravedad de la violación de Derechos Humanos que representa esta figura típica. ¡No puede desaparecer! ¡Ni se puede modificar! Ni se le puede cambiar de nombre, esto es así. Naciones Unidas nos lo ha recomendado. La Corte Interamericana nos lo ha recomendado. No, ¿qué más falta? Estaríamos muy mal. Sería un retroceso en estos temas. Creo que tenemos que avanzar. Ya tenemos legislación, hay política pública. Vamos avanzando en especializar, en formar las y los servidores públicos.

-SG: ¿Hay algún aspecto que olvidé? 

-CSM: Creo que nunca hay que perder de vista que la violencia contra las mujeres, Naciones Unidas la considera una pandemia. Imagínate el tamaño del problema. Cuando nos dicen que el tema de la violencia, “es un tema cultural”, hazte cuenta que me están mandando un mensaje de “no tiene remedio”. Y eso no es cierto, ¡yo me niego rotundamente a aceptar esa conclusión tan nefasta! ¿Qué tenemos que hacer? Prevención. ¡Tenemos que educar! Tenemos que ir a las escuela. Tenemos que empezar en etapas muy tempranas a formar, a ir creando, educando en la teoría de género. Y siempre estar presente en la primaria, la secundaria, en la preparatoria, en las facultades, en los posgrados: siempre estar presente ¡y como una asignatura obligatoria! Porque sino, no va haber ningún factor de cambio. ¡Jamás! ¿Qué queremos? Que ya no maten más mujeres. Claro que si ya las matan tiene que operar el mecanismo represivo, la sanción penal y todo lo que quieras, pero es mejor que no las maten, ¿no?

Texto: Sonia Gerth / Foto: Anayeli García Martínez