La única protección efectiva que tenemos hasta ahora contra la COVID-19 son las vacunas y las medidas que conocemos desde que comenzó la pandemia hace casi dos años, como son el uso del cubrebocas y gel, lavado de manos y distanciamiento social, aseguró la especialista en virología de la UNAM y miembro de El Colegio Nacional, Susana López Charretón.

A partir de la aparición del virus SARS-CoV-2 surgieron productos milagro que prometían prevenir la infección, como el dióxido de cloro; otros, que aseguraban curarlo, como la hidroxicloroquina, o la ivermectina, que ya se ha demostrado no tienen efecto alguno, pero incluso hay médicos que lo siguen recetando.

Fake News y rumores, son tan virales en redes sociales como ómicron

El dióxido de cloro, los tés y otras medidas que no funcionan y han sido ampliamente viralizados en redes sociales y de boca a boca, representan un riesgo alto para la salud: “Ninguno de ellos protege. La única protección son las vacunas”, recalcó la integrante del Instituto de Biotecnología.

Al respecto, López Charretón aclaró que “las vacunas sí están funcionando. La mayor parte de la gente que se infecta y está vacunada, tiene síntomas leves. Desde el principio el mensaje ha sido muy claro: las vacunas no protegen contra la infección, sino contra la evolución grave de la enfermedad y de consecuencias más severas, como la muerte”.

La integrante de la Academia Mexicana de Ciencias insistió en que, aunque presenta algunos cambios, el virus sigue siendo el mismo en esencia, y las medidas usadas desde el principio de la pandemia aún funcionan. En el caso de los cubrebocas, utilizar uno de tela es mejor que nada y si la gente no puede tener los KN95 puede usar dos quirúrgicos y uno de tela; es decir, tratar de filtrar en la mayor medida posible el aire que respiramos y exhalamos.

Una desinformación adicional es que, si esta variante es más leve, hay que salir a contagiarse; sin embargo, la especialista aclara que Ómicron no es más leve, sino más contagiosa. Parece más “ligera” porque hay más personas vacunadas, “pero eso no quiere decir que no la podrías pasar mal. Sigue siendo una ‘ruleta rusa’ el cómo evolucionará en cada persona. A cualquiera puede irle mal”, enfatizó.

¿Por qué creemos en las noticias falsas?

Para el académico de la Facultad de Psicología, Ricardo Trujillo Correa, las noticias falsas se comportan como los rumores, y tienen en las redes sociales un caldo de cultivo perfecto para proliferar.

“Somos capaces de hacerle caso a cualquier cosa si nos calma la ansiedad, por el umbral de miedo tan bajo que tenemos. Buscamos información que nos dé lo que no encontramos en otros lados, buscamos información que nos permita adelantarnos o no caer en el problema que se trate. Por eso es tan fácil que caigamos en las fake news”.

Además, las redes sociales favorecen la división y la polarización entre grupos; no se llega al acuerdo y se propicia que las posiciones sean más radicales; “sólo vemos a los que concuerdan con nosotros”, concluyó el universitario.