Desde el pasado 22 de enero, Grecia cuenta por primera vez con una jefa de Estado.

El Parlamento griego eligió con una gran mayoría a Katerina Sakellaropoulou como la próxima presidenta del país. La jueza reunió 261 votos, muy por encima de los 200 que necesitaba para ser elegida.

Eso gracias al apoyo de casi todos los diputados del partido gobernante, la conservadora Nueva Democracia, y de los mayores grupos de la oposición.

“Grecia entra hoy en una nueva era. El país entra en el tercer decenio del siglo 21 con una mujer presidenta. Deseo a la señora Sakellaropoulou una presidencia exitosa”, afirmó el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, tras la elección.

Aunque Sakellaropoulou no ha militado en ningún partido político, es conocida por su tendencia progresista. Ha defendido la eliminación de la religión en el DNI en un país donde la Iglesia ortodoxa conserva un gran poder. La jueza también se ha pronunciado en defensa de la escolarización de los niños refugiados y del derecho de los niños de familias migrantes nacidos en Grecia a acceder a la ciudadanía helena.

Así, es posible que la política migratoria del Gobierno de Mitsotakis sea uno de los puntos en los que más choquen durante su mandato.

La nueva presidenta estudió Derecho en la Universidad de Atenas y un posgrado en Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad de París II.

Sin embargo, en un país que acaba de salir de una grave crisis, la elección de esta ecologista convencida se considera una ventaja para el gobierno conservador, que cuenta con la energía verde para transformar a Grecia.

La elección de Sakellaropoulou como presidenta de Grecia es, también, un indicador de cambio en un país profundamente machista. Según la agencia de la Unión Europea (UE) para la igualdad, Grecia tiene el dudoso honor de encabezar la lista de sus países miembro en desigualdad de género.

Por cierto, en griego moderno no existe la palabra “presidenta”, por lo que se tendrán que dirigir a ella de forma oficial como “señora presidente“.

Se espera que la nueva presidenta tome posesión del cargo el 13 de marzo, un día después de que expire el primer y único mandato de su predecesor, Prokópis Pavlópulos.