Si bien es cierto que la respuesta a nivel mundial para combatir el Covid-19 ha sido diferente según cada país y forma de gobierno, y que los resultados dependen de múltiples variables, también lo es que los países que han tenido mejores resultados y un buen desempeño ante la pandemia, son las naciones lideradas por mujeres.

Informes de múltiples organismos, así como la opinión de expertos, y de artículos de especialistas en distintas áreas del conocimiento en diversos medios de comunicación internacionales, aseguran que las respuestas de estos países gobernados por mujeres son las “mejores” frente a la pandemia.

Algunas opiniones pudieran parecer sesgadas porque vienen precisamente de mujeres profesionistas y activistas que apoyan o escriben sobre feminismo, los resultados en dichas naciones, pero sobre todo los datos duros y fríos, son la mejor forma de defender sus argumentos.

Por ejemplo, de acuerdo con Forbes, aunque sólo hay 10 mujeres al frente de los gobiernos de los 193 países del mundo, al menos 7 de ellas han destacado entre los 12 más efectivos para enfrentar la crisis del Covid-19.

Se trata de Angela Merkel de Alemania, Mette Frederiksen de Dinamarca, Jacinda Ardern de Nueva Zelanda, Katrin Jakobsdóttir de Islandia, Sanna Marin de Finlandia, Erna Solberg de Noruega y Tsai Ing-wen de Taiwán.

Y aunque hay diferencias entre ellas como la edad, la ideología, la formación política y académica, y hasta la geografía y la economía donde han crecido y actualmente se desenvuelven, cada una de ellas se distingue por tomar decisiones rápidamente, por ser honestas y coherentes, por tener una gran capacidad comunicativa y ser empáticas, porque su liderazgo genera confianza y sobre todo, porque tienen credibilidad, según Carme Colomina, investigadora del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB).

PERIODISTAS OPINAN

La periodista Amanda Taub, publicó recientemente un artículo en The NYT titulado ¿Por qué líderes mujeres combaten mejor al Covid?, en donde hace un recuento de los logros, acciones y decisiones que las gobernantes antes mencionadas han tenido que tomar por estar al frente de sus naciones para combatir la pandemia.

Amanda Taub señala que el éxito de estas mujeres podría ofrecer lecciones que podrían ayudar a los países no sólo durante esta crisis, sino para otras en el futuro.

La periodista también recoge y presenta en su artículo las opiniones variadas sobre el liderazgo en general que tienen las mujeres en el poder como la de Devi Sridhar, presidenta de Salud Global la Facultad de Medicina de la Universidad de Edimburgo en Escocia.

Sridhar afirma que “tener como líder a una mujer, es señal de que personas con diferente formación, y diversas perspectivas en cómo combatir crisis, tendrán lugares en la mesa donde se toman las decisiones importantes.

Toma como ejemplo al gobierno de Merkel, quien consideró una variedad de diferentes fuentes de información para desarrollar sus políticas contra el coronavirus, incluyendo modelos epidemiológicos; información de proveedores médicos; y evidencia del programa de pruebas y aislamiento de Corea del Sur.

Como resultado, el país ha logrado una tasa de muertes por el coronavirus dramáticamente más baja que los países de Europa occidental.

VISIÓN DE UNA MEXICANA

De acuerdo con el reportaje de la periodista Laura Quiñones quien para ONU Noticias entrevistó al respecto a Gabriela Cuevas, actual presidenta de la Unión Interparlamentaria (UIP), organización internacional de los Parlamentos de los Estados soberanos, con sede en Ginebra, Suiza, asegura que “las mujeres líderes han tenido una particular disciplina, sensibilidad y capacidad de respuesta frente a esta pandemia, y por ello, han podido desarrollar mejores políticas para ahora y para el futuro”.

Según Cuevas, las mujeres que están en cargos de decisión tienden a enfocarse en los bienes más esenciales como la salud y la educación, y en proteger a las personas que más lo necesitan, particularmente los niños.

Según la presidenta de la UIP, estudios realizados por la propia Unión y las Naciones Unidas han concluido que las mujeres en posiciones de poder hacen de las sociedades espacios mucho más seguros, propicios para la paz y el desarrollo sostenible.

“Y por supuesto, obtienen mejores respuestas para las crisis, no sólo en términos de COVID-19. Creo que hay que aprender de su determinación, y de su capacidad para sensibilizar, priorizar a los grupos más vulnerables, y por supuesto de su liderazgo”, concluye Cuevas.