En el marco del Día Internacional de la lucha contra el Maltrato Infantil que se conmemora cada 25 abril, y de que este 30 de abril se celebra el Día del Niño en México, cabe recordar la reciente declaración de Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF:

“Los niños y los jóvenes, además de estar contrayendo la COVID-19, son algunas de las víctimas a las que más duramente afectará el virus. Si no actuamos de inmediato para abordar las consecuencias que la pandemia tendrá sobre los niños, el eco de la COVID-19 causará daños permanentes en nuestro futuro común.

Human Rights Watch también reconoce que la crisis originada por el COVID-19 podría tener un profundo y largo impacto negativo en los niños y las niñas de todo el mundo y es muy probable que las consecuencias sean devastadoras, de acuerdo con su informe divulgado a principios de abril.

Si bien esta pandemia no considera como grupos de riesgo a niñas, niños y adolescentes, las medidas de mitigación y respuesta a la misma tendrán un impacto significativo en su sano desarrollo y bienestar.

Por su parte, ChildFund México señala que la aplicación de estas medidas en nuestro país, resulta un desafío, dado que gran parte de la población vive en condiciones de hacinamiento, resultando difícil poder cumplir con la sana distancia; al igual que la falta de acceso a agua potable en muchas de las comunidades dificulta seguir las medidas de higiene y lavado de manos. A estos desafíos, se suman los estragos que estas medidas traerán a la economía familiar.

HRW recuerda que a nivel mundial, más de 1,500 millones de estudiantes no están asistiendo a la escuela, y es probable que la pérdida generalizada de empleos e ingresos y la inseguridad económica en las familias incremente los niveles de trabajo infantil, explotación sexual, embarazo adolescente y matrimonio infantil. Las tensiones que atraviesan las familias, sobre todo aquellas en cuarentena o confinamiento, están agudizando la incidencia de la violencia doméstica. Al aumentar la tasa de fallecimientos por COVID-19, más niños y niñas estarán en situación de orfandad y expuestos a explotación y abusos.

Por otro lado, y de acuerdo con el colectivo “Uniendo Esfuerzos por la Niñez”, conformado por Aldeas Infantiles SOS, ChildFund México, Save the Children y World Vision México, de los casi 40 millones de niñas, niños y adolescentes en México, la mitad se encuentran en situación de pobreza y 4 millones en pobreza extrema.

Casi 10 millones no tienen acceso a una alimentación adecuada, lo que puede empeorar si madres, padres o cuidadores se enferman o pierden su empleo y dejan de percibir ingresos económicos. Además, 5 millones de niñas y niños no cuentan con acceso a servicios de salud, acentuando la desigualdad frente a la crisis sanitaria.

Las medidas de confinamiento también están acentuando la situación de violencia que viven muchas niñas y niños dentro de sus propios hogares. En México, 6 de cada 10 niñas y niños son criados con métodos violentos que incluyen castigo físico y agresión psicológica. Asimismo, el 80% de las mujeres de 15 años o más, reportan haber sufrido abuso sexual en la infancia.

Principales riesgos identificados

De acuerdo con el documento “Protección de la Niñez y Adolescencia Durante la Pandemia del Coronavirus”, de la Alianza para la Protección de la Niñez y Adolescencia en la Acción Humanitaria, algunos de los principales riesgos identificados a los que miles de niños, niñas y adolescentes están expuestos durante esta emergencia incluyen:

  • Maltrato físico y emocional, así como aumento del abuso infantil y violencia doméstica causados por los cierres de escuelas y servicios de cuidado infantil.
  • Violencia de género, ocasionada por la reducción de la protección familiar a niños y niñas, mayores obstáculos para las denuncias de incidentes y una distribución desigual de las responsabilidades del hogar, entre otros.
  • Estrés psicosocial y trastornos mentales, generados por mayores niveles de angustia, temor y estrés a causa del aislamiento o cuarentena en el hogar.
  • Trabajo infantil, debido a la reducción de ingresos familiares, además de la posible expectativa de que niños y niñas trabajen al no estar acudiendo a la escuela.
  • Exclusión social por el posible impacto y contagio de la epidemia en grupos vulnerables, provocando discriminación social y racial.

Origen del abandono y consecuencias

Los expertos estiman que la cantidad total de muertes por COVID-19 a nivel mundial podría llegar a ser de entre 10 y 40 millones de personas, e indefectiblemente muchos niños y niñas perderán a uno o ambos padres u otros cuidadores.

Los niños huérfanos son particularmente vulnerables a la trata y otros tipos de explotación, como explotación sexual, ser obligados a mendigar, vender productos en las calles y otros tipos de trabajo infantil. Los niños de mayor edad a menudo abandonan la escuela para ayudar a mantener a hermanos más pequeños.

La crisis del COVID-19 también acentúa el riesgo de explotación sexual infantil en Internet. Según reporta Europol, se ha detectado una “mayor actividad en línea de quienes buscan materiales relacionados con abuso infantil” como consecuencia del confinamiento por el COVID-19.

Los niños y las niñas pasan más tiempo en línea a causa del cierre de las escuelas y es probable que el aislamiento y el confinamiento hagan que se sientan ansiosos o solitarios y, en esa situación, sean más vulnerables a predadores en Internet.

Salud física en riesgo

Al desbordarse los sistemas de salud por efecto del COVID-19, es posible que los niños y las niñas dejen de recibir vacunas o pierdan el acceso a la atención de la salud esencial para preservar la vida.

Como ejemplo de afectación indirecta de una epidemia en la infancia, tenemos la crisis del ébola en África Occidental en 2014-2015, la cual provocó un aumento drástico de las muertes por malaria, VIH/Sida y tuberculosis, incluso entre niños y niñas, por un menor acceso a tratamientos.

Pero no debemos olvidar una lección clave sobre el ébola aprendida por la comunidad humanitaria internacional: esta crisis de salud pública estuvo acompañada por picos de abuso, explotación sexual, matrimonios forzados, trabajo infantil y otras formas de violencia contra la infancia. Efectos de una epidemia a los que no se prestó la atención necesaria.

Las razones de este aumento de la violencia son muchas y están bien documentadas:

  • Los niños se quedaron solos, separados de sus padres y cuidadores debido a hospitalización, enfermedad o muerte de estos.
  • Los sistemas normales diseñados para mantenerlos seguros, ya sean estructuras de bienestar infantil o mecanismos basados en la comunidad, se debilitaron.
  • Las medidas de cuarentena hicieron a los pequeños más vulnerables.
  • Las respuestas de protección infantil se retrasaron o no se integraron lo suficiente.

Los infantes sobrevivientes de la Pandemia por COVID-19

Así como las generaciones anteriores se vieron profundamente afectadas por la Gran Depresión, las Guerras mundiales, los ataques terroristas, la pandemia de COVID-19 es y será un momento decisivo en la vida de las niñas y niños de hoy.

Es por eso que debemos hacer que nuestros niños se centren y vivan, hasta donde se pueda, experiencias positivas durante estos tiempos difíciles, y no exponerlos a experiencias adversas que puedan herirlos de por vida y que después, vivamos socialmente las consecuencias.

Como sociedad busquemos ayudar a niñas y niños a llevar la contingencia de la mejor manera, pues mucho de lo que ellos viven y todos estamos viviendo, se quedará para siempre en su memoria…