De acuerdo con un cable de la Agencia Europa Press, fechado el 21 de febrero de 2022, los talibanes ordenaron a los ministerios de Afganistán y a otras instituciones afganas para que se aseguren de que sus empleadas usen el hiyab, y que despidan a las que no lo hagan.

De igual forma, exigen que eviten el ingreso a cualquier mujer que no lleve una cobertura en la cabeza a instalaciones gubernamentales y que estas, trabajen separadas de los hombres, entre otras cosas.

Por otro lado, la agencia AFP confirmó en otro cable, que el ministerio de la Promoción de la virtud y la prevención del vicio, ordenó que las funcionarias en Afganistán deberán cubrirse la cabeza so pena de perder el empleo, incluso, con una manta si fuera necesario.

Tras la toma del poder por los talibanes en agosto de 2021, se esperaba que el grupo revirtiera muchos de los derechos ganados por las mujeres en las últimas décadas, y las que han protestado contra las restricciones impuestas por los supuestos insurgentes, han sido objeto de acoso o han sido detenidas.

Incluso, el mulá Haibatullah Akhundzada, reclamó a los combatientes del grupo que “respeten la amnistía” que decretó tras la toma del poder de los insurgentes en agosto de 2021, en medio de las denuncias sobre la ejecución de antiguos funcionarios y miembros de las fuerzas de seguridad en el país.

A pesar de ello, han sido denunciados asesinatos y ejecuciones sumarias de estas personas y, si bien, los talibán han negado cualquier responsabilidad, diversas organizaciones no gubernamentales han publicado informes documentando estos abusos y violaciones.

Quién es Hebatulá Ajundzada

Es un líder con un perfil más religioso que militar, que tendría entre 45 y 50 años y es natural de Kandahar, el auténtico bastión del movimiento en el sur de Afganistán.

En los últimos años, Hebatulá Ajundzada ha sido el responsable de la mayoría de fatuas (edictos religiosos) promulgadas por los insurgentes en el país y los expertos consideran que con su designación, aprobada por unanimidad en la shura (consejo formado por unos 30 miembros), servirá para reforzar la unidad del movimiento. Según un informe de seguridad de Naciones Unidas, ocupó el cargo de lo que podría equivaler al ministro de Justicia hasta el colapso del régimen fundamentalista en 2001.

¿Qué significa el regreso de los talibanes para las mujeres y las niñas?

Los talibanes tomaron el control de Afganistán en 1996, imponiendo duras condiciones y reglas siguiendo su estricta interpretación de la ley islámica.

Bajo su mandato, las mujeres tenían que cubrirse y salir de casa solo en compañía de un pariente varón. Los talibanes también prohibieron que las niñas asistieran a la escuela y que las mujeres trabajaran fuera del hogar. También se les prohibió votar.

Las mujeres estaban sujetas a castigos crueles por desobedecer estas reglas, que incluían ser golpeadas y azotadas, y apedreadas hasta la muerte si eran declaradas culpables de adulterio.

Afganistán tiene la tasa de mortalidad materna más alta del mundo.

Con la caída de los talibanes en 2001, la situación de las mujeres y las niñas mejoró enormemente, aunque estos avances fueron parciales y frágiles.

Las mujeres ahora ocupan cargos como embajadoras, ministras, gobernadoras y miembros de la policía y las fuerzas de seguridad.

En 2003, el nuevo gobierno ratificó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que requiere que los estados incorporen la igualdad de género en su legislación nacional.

La Constitución afgana de 2004 sostiene que “los ciudadanos de Afganistán, hombres y mujeres tienen los mismos derechos y deberes ante la ley”.

Mientras tanto, se promulgó una ley de 2009 para proteger a las mujeres del matrimonio forzado y de menores y de la violencia.

Según Human Rights Watch, la ley registró un aumento en la denuncia, la investigación y, en menor medida, la condena por delitos violentos contra mujeres y niñas.

Si bien el país ha pasado de tener casi ninguna niña en la escuela a decenas de miles en la universidad, el progreso ha sido lento e inestable. Unicef informa de los 3.7 millones de niños afganos que no asisten a la escuela, aproximadamente el 60% son niñas.