El 31 de marzo de 2020, la Secretaría de Salud publicó en el Diario Oficial de la Federación, un acuerdo en el que se estableció el resguardo domiciliario de manera estricta a toda persona mayor de 60 años de edad, estado de embarazo o puerperio inmediato, o con diagnóstico de hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedad cardíaca o pulmonar crónicas, inmunosupresión (adquirida o provocada), insuficiencia renal o hepática, independientemente de si su actividad laboral se considera esencial o no.

Vacunados con esquema completo contra Covid-19 ya no son población vulnerable

El 27 de julio de 2021 la misma Secretaría publica en el mismo órgano, que a esta fecha, existe un avance considerable de la vacunación como medida para la mitigación y control de la enfermedad COVID-19 en todo el territorio nacional.

Esta vacunación, ha modificado la distribución por edades de los contagios, las hospitalizaciones y las defunciones relacionadas con la emergencia sanitaria generada por el virus SARS-CoV-2.

Por tales motivos, y ante la nueva realidad demográfica y epidémica en el país, la Secretaría de Salud publica otro acuerdo para los vacunados y establece que:

“Las personas a quienes se haya administrado un esquema de vacunación contra el virus SARS-CoV-2 y habiendo transcurrido dos semanas posteriores a la aplicación de la última dosis, ya no serán consideradas dentro de la población en situación de vulnerabilidad para contraer dicha enfermedad grave de atención prioritaria”.

Según la Secretaría, este grupo ya no se encuentren dentro de la población en riesgo de agravarse o fallecer por contraer dicha enfermedad, lo que ha permitido a la población retomar diversas actividades en beneficio del país.

Por otro lado, también se informa que se modifica la metodología del semáforo por regiones para evaluar el riesgo epidemiológico que representa la enfermedad COVID-19 y que se dará a conocer una nueva en el sitio web coronavirus.gob.mx/semaforo.

El Acuerdo entra en vigor el día de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, es decir, a partir del 28 de julio de 2021.

MUERTOS A PESAR DE ESTAR VACUNADOS

Aunque las defunciones por SARS-CoV-2 en personas que ya han recibido la vacuna contra el COVID-19 son mínimas, todavía no existe un estudio que demuestre la relación que tiene la inoculación de los biológicos con los fallecimientos, o, que explique porqué se producen los decesos aún después de ser inmunizado.

Existen algunas hipótesis con base en información de los Centros de Control y Enfermedades de Estados Unidos (CDC).

Según dichos informes, aunque existen reacciones adversas posterior a la vacunación, incluidos los casos de muertes, no significan necesariamente que una vacuna haya causado un problema de salud.

Aunque la mayoría de las vacunas ofrecen protección contra la mayoría de las variantes, algunas de sí podrían afectar a las personas ya vacunadas.

Adicional al tipo de vacuna que reciben la personas, los expertos proponen que el riesgo de morir por COVID-19 después de estar vacunados, dependen del estado de salud.

Es decir, si la persona padece diabetes, hipertensión, obesidad u otras enfermedades, es más probable que tenga una reacción adversa, como la muerte.

Los CDC también señalan que existen errores comunes cometidos por personas que ya han sido vacunadas y creencias como:

  • Relajan hábitos de higiene
  • Creen que ya no pueden contagiarse
  • Creen que tienen protección inmediata, antes de dos semanas
  • Ya no conservan sana distancia
  • No se aíslan si tienen síntomas
  • Ya no se protegen lo suficiente

Los protocolos sanitarios anti-COVID aún después de ser vacunados deben ser respetados como en la primera etapa de la epidemia, como el lavado de manos, la mascarilla, uso de gel, sana distancia, etcétera.

Es importante tomar en cuenta que el COVID-19 sigue estando presente y, aunque la probabilidad es mínima, nadie está exento de contraer SARS-CoV-2, y las personas ya vacunadas sí podrían infectarse.