El rol tradicional de ser hombre se ha transformado muy poco, por ejemplo, la sensibilidad, la participación en las labores domésticas y en el cuidado de los niños, siguen siendo características asociadas a lo femenino y no gozan de mucho reconocimiento social cuando un hombre las presenta en nuestro contexto cultural.

Al respecto, Marta Lamas, especialista en Perspectiva de Género, dice en su texto “Mujeres en transición. La perspectiva de género” que “por más que la igualdad entre hombre y mujeres esté consagrada en el artículo 4° de nuestra constitución, es necesario reconocer que una sociedad desigual tiende a repetir la desigualdad en todas sus instituciones. El trato igualitario dado a personas socialmente desiguales no genera por sí solo igualdad”.

Por más que gocemos de los mismos derechos a nivel jurídico, a nivel social, mujeres y hombres seguimos viviendo diferencias que no nos permiten desarrollar una sociedad más equitativa. Parte del problema reside en que hay muy pocos espacios y apertura en México para discutir y reflexionar sobre los roles y la identidad de género. 

Vivimos en una sociedad que es sumamente tradicional, por lo que muchas maneras de pensar y actuar han sido normalizadas, incluso legitimadas, como el machismo, que es uno de los grandes problemas que predominan para lograr la igualdad. En muchas casas, el hombre sigue siendo la única figura de autoridad y es quien mantiene el control y decide sobre el resto. ¿El problema? Minimizar o hacer casi invisibles al resto de los miembros de la familia, especialmente si se es mujer. 

¿Te has preguntado cómo asumes tú el rol de ser hombre o mujer? ¿Cómo tratas al género opuesto? ¿Aún piensas que el hombre es el único que debe trabajar y ser la cabeza de la casa? ¿Crees que la mujer es la única responsable de las labores domésticas y el cuidado de los hijos? 

Es necesario reflexionar y analizar cómo son los roles de género en nuestra sociedad, es necesario revisar si persiste la desigualdad de género en tu entorno, si se da de manera silenciosa y pasa desapercibida o si existe una discriminación contundente y marcada hacia las mujeres o hacia algunos de los roles por no ser “tradicionales”, y, sobre todo, es necesario saber si tú sigues reproduciendo los mismos patrones.

Seguramente, pudiste reconocer muchas de estas situaciones porque son parte de nuestra realidad latinoamericana. Lo importante es saber ¿qué estás haciendo para cambiar esto? 

Las normas de la sociedad empiezan desde nosotros mismos y, por tanto, debemos ser los primeros en marcarlas. El fin de la educación en el respeto e igualdad entre todos y entre géneros es erradicar el sexismo entre hombres y mujeres.

© D.R. Naty Hernández, 2019.