Aborto médico, es la interrupción y finalización prematura del embarazo de forma natural o voluntaria en condiciones seguras realizada por profesionales de la salud capacitados.

Puede ser espontánea o inducida.

Existen dos métodos de limpieza uterina: Legrado y aspiración, los cuales, utilizan instrumentos médicos y quirúrgicos para eliminar el tejido del útero.

Riesgos

Puede haber perforación de la matriz o útero, quedar restos de tejido, infección, daños en la cavidad, sangrado y posibles complicaciones por el uso de la anestesia.

Aborto por aspiración

Es un procedimiento seguro, que se puede hacer hasta la semana 12 de embarazo, es una forma sencilla de terminar con un embarazo no deseado y su realización tiene un tiempo aproximado de 15 minutos.

El procedimiento, que también se conoce como legrado por aspiración, consiste en colocar un poco de anestesia local para poder dilatar el cuello uterino.

Luego se coloca dentro un tubo de plástico conectado a una bomba de succión que extraerá el feto del útero.

Luego del procedimiento, la mujer permanecerá en observación al menos dos horas, mientras pasa el efecto del sedante y para asegurarse que no aumenten los cólicos en su vientre o haya complicaciones.

El aborto quirúrgico, cuando es realizado por personal médico capacitado, así como con equipos adecuados, una técnica correcta y en condiciones higiénicas, es un procedimiento seguro para el primer trimestre del embarazo, después de ese tiempo, existen muchas posibilidades de que haya complicaciones que pondrían en riesgo tu vida o tu salud.

Aborto por succión y legrado

Cuando el aborto por aspiración no saca por completo el feto del útero materno, es necesario hacer un legrado obstétrico o raspado.

El legrado obstétrico, se utiliza cuando quedaron restos de tejidos dentro del útero, producto de un aborto incompleto, un aborto espontáneo o tras un parto en el que quedaron restos de placenta.

Esta técnica es similar a la de aspiración, el médico comenzará dilatando el útero hasta que sea lo suficientemente grande para introducir una cánula en él, y poder aspirar al feto, logrando que sea succionado por el interior del tubo, junto con el líquido amniótico y la placenta. El resultado de la succión caerá en un recipiente de recolección.

Después de esto se hace el raspado uterino para asegurar que no haya quedado ninguna parte del cuerpo del feto dentro del útero.

La Organización Mundial de la Salud recomienda usar esta técnica siempre y cuando el aborto por succión no haya funcionado, es decir que luego del procedimiento aún queden partes del feto dentro del útero, ya que si quedan restos dentro de la mujer pueden ocasionar infecciones y otras complicaciones médicas.

Aborto por dilatación y evacuación

Cuando el embarazo está en una etapa más avanzada, entre la semana 15 y la semana 26, se puede realizar este procedimiento, que consiste en la dilatación del útero y la extracción del feto con instrumentos quirúrgicos y de succión.

Este es un procedimiento que llevará por lo menos dos días.

Para realizar un aborto por dilatación y evacuación se utiliza anestesia general, por lo que los riesgos asociados a este tipo de intervención son más grandes.

La Organización Mundial de la Salud recomienda esta técnica como método sólo cuando no sea posible realizar el aborto por aspiración.