El autoexamen de senos se divide en dos partes: visual y manual.

Para realizarlo de forma visual, párate frente al espejo, mantén los dos brazos a los lados, observa la forma y tamaño de tus mamas, así como la piel, textura, temperatura y color. Aprieta suavemente los pezones y ve si sale algún líquido.

Para realizarlo de forma manual. Acostada boca arriba palpa tus mamas haciendo círculos con la yema de tres dedos de tu mano izquierda examina tu mama derecha, después, del lado contrario. Busca irregularidades.


Al palparse las mamas cada mes, las mujeres aprenderán a conocer su consistencia, su forma, su textura y desarrollarán mayor sensibilidad en sus manos, lo que le permitirá identificar cualquier cambio.  Foto: SSA

Señales de alarma en el autoexamen de senos

De acuerdo con información de la Fundación contra el Cáncer de Mama, FUCAM, algunas señales de alarma son:

  • Presencia de una masa indolora en la glándula mamaria.
  • Cambios en la textura de la piel, heridas o inflamación.
  • Que una de las mamas se vea distinta a la otra.
  • Cambios de temperatura en la piel de la mama.
  • Cambios visibles en el pezón, punzadas, agrietamiento, irritación o hundimiento.
  • Secreción anormal por el pezón de color blanco, café, cremoso o sanguinolento.

Si sientes algún nódulo o notas cualquier cambio en tus mamas, acude al médico especialista y pide que te examine a profundidad.

Recuerda que debes realizar tu autoexamen de senos mensualmente, acudir al médico una vez al año y si eres mayor de 40 años, hacerte tu mastografía anualmente.