Las consecuencias que se generan en las mujeres que sufren violencia son muchas, sin embargo, cada situación entraña matices diferentes y, por lo tanto, las secuelas no se presentan en todas las víctimas con la misma intensidad ni de la misma forma.

Los costos sociales y económicos de este problema son enormes y repercuten en toda la sociedad.

Las mujeres pueden llegar a encontrarse aisladas e incapacitadas para trabajar, perder su sueldo, dejar de participar en actividades cotidianas y ver menguadas sus fuerzas para cuidar de sí mismas y de sus hijos.

Emocionales y afectivas

  • Son las relacionadas con la autoestima de la víctima, sus emociones y sentimientos, entre las secuelas emocionales más frecuentes existen las siguientes.
  • Baja autoestima, problemas de identidad y autoimagen distorsionada
  • Sentimientos de culpa y mucho miedo
  • Aislamiento emocional
  • Dificultad para reconocer y expresar emociones
  • Trastorno de estrés postraumático o sintomatología afín (ansiedad, pesadillas, depresión, hipervigilancia, embotamiento emocional, irritabilidad, ideas de suicidio, insomnio, respuestas emocionales exageradas).
  • Sentimientos de haber traicionado al agresor, cuando denuncian.
  • Trastornos de apego. Es habitual la dificultad para confiar en los demás, sienten que no son merecedoras de ser queridas o de ser respetadas.

Cognitivas

Destacan los problemas de concentración, las pérdidas de memoria, la dificultad para pensar en el futuro y planificar o la confusión, etc.

Conductuales

Reducción de conductas de interacción social -dar y recibir-, dificultades para comunicarse o problemas al negociar.

Físicas

Moretones y lesiones, agotamiento físico, o dolor generalizado en el cuerpo.