La infancia es una etapa de aprendizaje y desarrollo, sin embargo, la sociedad en la que vivimos hace que muchas niñas crezcan antes de tiempo, lo que puede provocar problemas que podrían repercutir en su personalidad y autoestima, sobre todo si les asignamos roles y tareas que, por condiciones físicas, mentales y de desarrollo no están acordes con su edad.

Asimismo, la infancia es un periodo fundamental que no debería ser acortado, ya que de esta etapa depende el desarrollo futuro de muchos aspectos de la vida de las y los pequeños.

Asimismo, este problema desemboca en que el paso de la infancia a la adolescencia sea cada vez más precoz.

Informe Bailey sobre hipersexualización

En 2001, el Informe Bailey (un estudio sobre la comercialización y sexualización de la infancia elaborado por el primer director ejecutivo varón de la Mother´s Union por encargo del Gobierno de David Cameron, ex primer ministro de Reino Unido) definió por primera vez el término hipersexualización: “sexualización de las expresiones, posturas o códigos de la vestimenta considerados como demasiado precoces y conlleva a una infancia cada vez más sexualizada”.

En este informe se condena el uso y la sexualización de los niños, y en especial de las niñas como medio para vender determinados productos que van desde juegos, comidas, muñecas, ropa, hasta casas, coches, joyas, viajes, etcétera.

Actualmente es muy común ver a niños, y sobre todo niñas que, ante la mirada pasiva de los adultos y de la sociedad, asumen unos patrones y valores que no les corresponden por su edad, que recalcan un valor sexual, priorizándolo por encima de cualquier otro valor o cualidad.

La hipersexualización se extiende a gran velocidad, y condena a nuestros niños, y sobre todo a nuestras niñas, a la búsqueda del imposible cuerpo y aspecto perfecto, a unos valores y principios que se quedan en lo superficial, sin llegar al fondo, que dejan de lado otras cualidades de las personas y, en definitiva que hacen de ellos objetos en lugar de sujetos.

Esta hipersexualización o sexualización resulta, además de excesivamente precoz, innatural e insana para su desarrollo.