La depresión es la segunda causa de discapacidad en el mundo, según lo destacó el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, durante la celebración de los 50 años de la Facultad de Psicología (FP).
En el contexto actual, la depresión es un problema de salud pública que afecta a personas de todas las edades y condiciones socioeconómicas, y cerca del 75% de quienes la padecen en países de bajos y medianos ingresos como México, no reciben tratamiento debido a la falta de acceso o recursos, lo que puede tener graves consecuencias para su bienestar físico y mental.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, cerca del ocho por ciento de la población padece alguna forma de depresión.
En este sentido, la psicología juega un papel fundamental en la atención de la depresión. Los psicólogos pueden ayudar a las personas que padecen esta enfermedad a identificar los factores que la desencadenan, a aprender estrategias para manejar los síntomas y a establecer metas realistas para la recuperación.
Además, la terapia cognitivo-conductual (TCC), que es una técnica de psicoterapia que se ha demostrado eficaz en el tratamiento de la depresión, se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la depresión, lo que puede ayudar a las personas a mejorar su estado de ánimo y a recuperarse más rápidamente.
Si bien la atención de la depresión es esencial, la prevención también es una estrategia clave para abordar este problema de salud pública. En este sentido, la promoción de estilos de vida saludables y la educación sobre la salud mental pueden ayudar a prevenir la depresión y otras enfermedades mentales.
Por ejemplo, se ha demostrado que el ejercicio físico regular puede reducir el riesgo de depresión y mejorar el estado de ánimo en personas que padecen esta enfermedad. De igual forma, la alimentación saludable y el sueño adecuado pueden contribuir a la prevención de la depresión y a mejorar el bienestar en general.
La depresión es una enfermedad mental que afecta a millones de personas en el mundo. Según datos de la OMS, alrededor de 300 millones de individuos padecen este trastorno.
En México, el INEGI ha registrado que 34.8 millones de personas han experimentado algún episodio depresivo, y solo el 1.63 por ciento de ellas toma antidepresivos.
La depresión es una causa importante de discapacidad a nivel global, y la falta de apoyo a las personas con trastornos mentales, junto con el miedo al estigma, impiden que muchos accedan al tratamiento que necesitan para tener vidas saludables y productivas.
Es una enfermedad que afecta en mayor medida a las mujeres. Además, los infantes y adolescentes también se ven afectados. La depresión se asocia a la falta de condiciones de cohesión dentro de la familia y el entorno.
La pandemia agudizó la incidencia de las manifestaciones sintomáticas de la depresión, lo que puede conducir a elevar los índices de ideación, intento, incluso, consumación suicida.
Según estimaciones del INEGI, en México tenemos una tasa de suicidios de 6.5 por ciento por cada 100 mil habitantes, lo que representa la segunda causa de muerte entre la población de 15 a 29 años para 2021-2022.
A partir de la perspectiva de la psicología, existen personas con rasgos de personalidad depresivos, como aquellos que son proclives a la melancolía y a la tristeza.
En quienes padecen depresión como un estado de ánimo, representa una patología que debe ser tratada por un equipo multidisciplinario, incluidos psicólogos, psiquiatras y médicos, entre otros.
Además, la educación sobre la salud mental puede ayudar a las personas a reconocer los signos y síntomas de la depresión, lo que puede llevar a una atención temprana y a una mejor recuperación.
También la educación puede ayudar a reducir el estigma asociado a las enfermedades mentales y a fomentar la búsqueda de ayuda cuando sea necesario.