Ambos términos proceden de conceptos griegos distintos y no son sinónimos.

Pederastia es la palabra que se utilizada para referirse al abuso sexual que se comete contra niños y niñas.

Pedofilia o su variante paidofilia, alude únicamente a la atracción erótica o sexual que una persona adulta siente por los niños o las niñas.

Aunque no abuse de ellos o ellas.

Historia de la palabra ‘pedofilia’

La palabra ‘pedofilia’ proviene del griego páis, un sustantivo que se aplicaba exclusivamente a los varones de 13 y 19 años.

Es decir, entre la nubilidad – el inicio de la edad reproductiva – y la adolescencia. A este término se le añade filia, que se traduciría como amistad, amor o afecto espiritual.

En la Antigua Grecia, era una práctica común que los púberes tuvieran relaciones sexuales con sus docentes.

De esta forma se podían promover los lazos entre ambos, y a esto es a lo que se llamaba pedofilia.

Los pedófilos, o paidófilos según algunos helenistas, son aquellos que gustan anímicamente de jóvenes; aquellos que se sienten atraídos por personas de mucha menos edad.

Algunos lingüistas afirman que aquellas personas que sienten atracción sexual hacia niños y niñas podrían calificarse como ‘paidionófilos’.

Es decir serían aquellos que “aman anímicamente a los niños”.

Historia de la palabra pederasta

Por el contrario, el vocablo pederasta proviene de eraõ (amar con pasión) y paídes (plural de páis).

Hace referencia a los hombres que desean sexualmente a adolescentes masculinos.

La principal diferencia que se ha ido remarcando durante los últimos años es que un pedófilo siente una atracción por personas jóvenes.

Pero no tiene porqué llegar a desembocar en una acción concreta o consumación de dichos deseos.

Por otro lado, un pederasta siente la misma atracción que el pederasta pero en este caso sí que desemboca en un abuso sexual.

Mientras que la pedofilia se define como una parafilia, un tipo de trastorno sexual caracterizado por fantasías recurrentes.

La pederastia es, además de la propia parafilia, una práctica delictiva derivada de ella que provoca graves repercusiones en el desarrollo psicológico, social y sexual de la víctima.

Por norma general, todos los pederastas son pedófilos pero no todos los pedófilos tienen porqué ser pederastas.