El patriarcado es el conjunto de relaciones sociales entre los hombres, que aunque también son jerárquicas, crean interdependencia y solidaridad entre ellos.
En un sistema patriarcal, los hombres mantienen a las mujeres oprimidas a través de instituciones basadas en relaciones sociales de hombres, como el Estado, las universidades, la Iglesia y la milicia.
De esta forma, se normaliza la posición de poder de los hombres respeto a las mujeres, restringiendo su acceso a empleos bien pagados, oprimiendo la sexualidad femenina, obligándolas a ser heterosexuales o a ocuparse de la crianza de los hijos.
El patriarcado se rige por reglas que son determinadas por los estereotipos de género, las cuales son inculcadas desde la infancia a través de las generaciones.
“La negación a las mujeres de su propia historia ha reforzado que acepten la ideología del patriarcado y ha minado el sentimiento de autoestima de cada mujer”, señala Gerda Lerner en su libro “La creación del patriarcado”.
El patriarcado se trata de un sistema que se ha ido amoldando a las diferentes etapas históricas, pero no viene determinado de forma biológica o en la naturaleza, y por tanto puede llegar a su fin.
Para ello, es necesario cuestionar todo nuestro sistema actual de valores, tal y como ha hecho desde sus orígenes el feminismo, y entonces abolirlo. Sólo entonces podremos hablar de igualdad, libertad y hermanamiento.