La píldora del día después o pastilla del día siguiente es un método anticonceptivo de los denominados de emergencia.

Este método anticonceptivo no es recomendado para utilizarlo de modo habitual, sino solo cuándo fallan otros medios.

Tiene un efecto sobre la ovulación, retrasándola, lo que evita el embarazo en un porcentaje variable de casos, y según el momento en que se administre.

Existen dos tipos de la pastilla del día siguiente. Una, que contiene una alta dosis de progesterona (hormona sexual que segrega el ovario femenino y la placenta.

Tiene la función de preparar el útero para la recepción del huevo fecundado que impide la anidación), y la otra, inhibe la ovulación.

La píldora del día después está indicada para disminuir el riesgo de embarazo durante las 24 horas posteriores a una relación sexual con penetración y sin protección.

También cuando haya ocurrido un fallo en el anticonceptivo habitual, por ejemplo, la rotura o la retención del condón, el olvido de alguna píldora contraceptiva, la expulsión del DIU, coincidiendo con el coito o, un mal uso de cualquier otro método.

Si la pastilla del día después se toma dentro de las primeras 24 horas tras la relación sexual sin protección, evita el embarazo en un 95 por ciento de los casos.

Si se toma entre las 24 y las 48 horas siguientes, su eficacia es del 85 por ciento, y cuando se recurre a ella entre las 48 y las 72 horas, la efectividad baja al 58 por ciento.

La píldora del día después no puede considerarse abortiva, pues actúa antes de la implantación, cuando aún no hay embarazo.

De hecho, si la implantación ya se ha producido, la gestación es inevitable aunque se tome la píldora del día después.