Los micromachismos, son conductas o comentarios machistas, que suelen pasar desapercibidos
Parecería que no son violentos, son cotidianos y han sido normalizados en nuestro comportamiento social y cultural.
El término fue acuñado por el piscoterapeuta Luis Bonino en 1991, quien los definió así: “Son pequeñas tiranías, terrorismo íntimo, violencia blanda, suave o de baja intensidad”.
¿Lo grave? Es que hombres y mujeres nos hemos apropiado de estas expresiones sin reparar en ellas.
Aquí hay varios ejemplos de micromachismos.
¿Cuántos de ellos te suenan familiares?
- Pensar que una mujer se ha vestido de forma “provocativa”.
- Preguntarle a una mujer cuándo se casará o cuándo tendrá hijos, asumiendo que es un deseo natural.
- Decir cosas como: “un hombre ayuda en la casa”, asumiendo que la labor del hogar es de la mujer y el hombre no tiene responsabilidad entera de ello.
- Dar por hecho que el hombre debe pagar la cuenta.
- Llamar a una mujer “guapa” o “bonita” sin conocerla, como muestra de tu amabilidad.
- Quedarse en silencio ante un comentario o chiste machista.
- Dirigir una conversación de deportes sólo a hombres, asumiendo que a las mujeres no les interesan o no saben lo suficiente de esos temas.
- Hacer comentarios tipo: ¡corres/lloras como niña! Usando “niña” como algo peyorativo.
- Cuando consideras que una mujer es “mandona” o es una “perra” por ser tu superior. ¿A cuántos hombres les darías el adjetivo de “perro” o “mandón” por ser tu superior?
- Comprar ropa rosa para las niñas y azul para los niños o dar muñecas a las niñas y coches a los niños sin preguntar qué color o qué regalo realmente les gusta.