Pensar que la violencia contra la mujer se acabará educando a la mujer para no ser violentada suena ridículo, casi ilusorio. Acabar con la violencia implicaría combatir la raíz: erradicar la estructura sociocultural patriarcal y educar a todos, principalmente a los hombres, a no ejercer violencia. En este sentido, resultaría indispensable incorporar a los hombres en las estrategias de género.
En México, la inclusión del hombre con roles más activos en la erradicación de la violencia es precaria, casi nula. No hay políticas públicas enfocadas a la investigación, formación, capacitación y sensibilización del hombre para trabajar la desigualdad de género. Apenas se aprobó una ley de paridad para todos los niveles de gobierno y poderes de la Unión, aunque aún no se ha hecho efectiva, y, por si fuera poco, no hay programas federales para dar asistencia a hombres violentos, pese a que está contemplado en el artículo 8 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Para nuestra organización, es clave la incorporación de hombres para lograr comunidades más pacíficas, justas, democráticas e igualitarias, razón por la que elegimos en julio el tema de la masculinidad.
En Puedes Decir No, proponemos un feminismo incluyente, donde las masculinidades alternas tengan presencia, con hombres que sean capaces de cuestionar los roles de género impuestos por la sociedad, hombres que desafíen la posición de poder en la que se encuentran, hombres que, a través de información, tengan herramientas para impactar su entorno, hombres que elijan la no violencia, la paridad, el respeto, la inclusión.
Diría Angela Davis: “el feminismo es la idea radical de que las mujeres somos personas”. Y aunque la masculinidad hegemónica suele olvidarlo, estamos seguras que en las masculinidades alternas encontraremos compañeros para avanzar al parejo como seres humanos.