Las rodillas son dos de las articulaciones más grandes y también de las más utilizadas del cuerpo, por ello no es de extrañar, que el dolor sea bastante común y difícil de ignorar.

“En muchos casos, el dolor se puede tratar en casa mediante ejercicios de estiramiento y fortalecimiento.

Sin embargo, algunos tipos de dolor de rodilla pueden ser resultado de una lesión grave que requiere evaluación y tratamiento por parte de un especialista”, explica el Dr. Kenneth Brooks, cirujano ortopédico especializado en cirugía de rodilla en el Hospital Houston Methodist.

Causas comunes

La rodilla es una articulación compleja y el dolor puede ocurrir como resultado de problemas en la misma, así como tensión o debilidad en los músculos o inflamación en los tendones que la rodean.

De acuerdo con el médico, las causas más comunes de dolor de esta articulación son:

•    Artritis de rodilla: dolor al soportar peso o en movimiento, así como rigidez y dolor que se siente al mover la rodilla de una posición en la que se ha estado durante un período prolongado de tiempo.

•    Tendinitis: sensibilidad u opresión por encima de la rótula (tendinitis del cuádriceps) o por debajo (tendinitis rotuliana), que puede empeorar después de estar sentado, agacharse, saltar o ponerse en cuclillas por mucho tiempo.

•    Dolor anterior de la rodilla: dolor alrededor o debajo de la rótula que puede causar rigidez al sentarse, malestar después de correr o caminar durante mucho tiempo y sensaciones de chasquidos, rechinamientos o crujidos.

•    Lesión de rodilla: inicio repentino de dolor acompañado de algún nivel de daño en el menisco o los ligamentos que amortiguan y estabilizan la articulación de la rodilla, respectivamente.

La artritis de rodilla se vuelve más común con la edad. Con el tiempo, el cartílago de la articulación se desgasta, lo que provoca dolor y sensibilidad al usarla.

Ante esta situación, el médico recomienda realizar ejercicios que ayuden a fortalecer los músculos que rodean la rodilla para eliminar presión sobre esta, evitar movimientos bruscos o de carga que provoquen presión para poder mantener una buena condición en la articulación.

Mejorar la movilidad articular implica hacer ejercicios diarios de estiramiento y mejora de la flexibilidad.

Tener mejor estabilidad, implica fortalecer los músculos que ayudan a sostener la rodilla; así que habrá que hacer una rutina de ejercicios que incluya los músculos centrales, los músculos de los glúteos / caderas, los músculos del cuádriceps, los músculos isquiotibiales y los músculos de la pantorrilla.