Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), género significa el conjunto de comportamientos, actividades, funciones y atributos que la sociedad designa a hombres y mujeres.
Por su parte, la ONU define la identidad de género como la vivencia interna e individual del género tal y como cada persona la experimenta.
La identidad de género podría corresponder o no, con el sexo asignado al momento del nacimiento.
Incluyendo la vivencia personal del cuerpo y otras expresiones de género como el habla, la vestimenta o los modales.
La asignación de género sucede en el nacimiento de una persona, cuando otros individuos tienen contacto con ella por primera vez y lo establecen a partir de la comprobación de sus genitales.
Estos son definidos de acuerdo a la cultura, etnia, raza, clase o nivel generacional.
Hembra: se define como hembra a la persona que nació con los cromosomas XX y el aparato reproductivo femenino (ovarios y genitales femeninas).
Macho: se define a la persona que nació con los cromosomas XY y tiene el aparato reproductivo masculino.
Intersexualidad: antes conocida como hermafrodismo. Una combinación de ambos sexos.
Es una condición natural donde una persona presenta una discrepancia entre su sexo cromosómico (XX/XY), sus genitales y gónadas (ovarios y testículos), presentando características de ambos sexos.
De acuerdo con información publicada en una página del Gobierno de México, existe una diversidad de identidades de género.
Habitualmente se considera un espectro con dos extremos: la identidad atribuida a las mujeres y la relacionada con los hombres.
Sin embargo, debemos recordar que la identidad de género es independiente de la orientación sexual e incluye las formas en las que una persona se autodenomina y presenta frente a las demás.
Incluye también la libertad de modificar la apariencia o la función corporal a través de roles sociales de género, técnicas médicas, quirúrgicas o de otra índole.
Por lo tanto, la identidad de género es una construcción social y una manera de autodefinición.