Con 105 votos a favor, las y los senadores aprobaron reformar la ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, para considerar los ataques con ácido o cualquier otro tipo de sustancia corrosiva como violencia de género, lo que facilitará sancionar sin pretextos a quienes cometan este delito que fundamentalmente se ha perpetrado en contra de mujeres por celos o para someterlas.

Por unanimidad, los senadores modificaron la minuta enviada por la Cámara de Diputados, que reforma el artículo 6 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, a fin de detallar las sustancias con las que se puede violentar a las mujeres, ya que cada una de ellas causa impactos diferentes en el cuerpo.

De esta manera, aclararon que la violencia física en contra de las mujeres incluye las agresiones mediante el uso de ácido o sustancia corrosiva, cáustica, irritante, tóxica o inflamable o cualquier otra que, en determinadas condiciones, pueda provocar o no lesiones ya sean internas, externas, o ambas, en lugar de acotarlas solo a productos corrosivos o tóxicos, como lo había propuesto la Cámara de Diputados.

El dictamen destaca la urgencia de mantener una legislación actualizada, con el propósito de incluir nuevas manifestaciones de violencia por razones de género.

El daño con sustancias corrosivas en las víctimas es irreversible, provoca diversas discapacidades e incluso la muerte, por lo que es indispensable brindar a las víctimas herramientas jurídicas para que accedan a su derecho a la justicia.

Además, subrayaron que los ataques con ácido contra las mujeres aumentaron en los últimos 10 años; de 2010 a 2020 se han cometido nueve, y a pesar de esto, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia no lo regulaba, aun cuando su objetivo es dañar físicamente a la víctima, desfigurarla, lisiarla, cegarla o privarla de la vida.

Los códigos penales de 31 estados del país consideran los ataques con sustancias corrosivas como un agravante del delito de lesiones y Oaxaca es el único que lo considera como un delito autónomo, con 20 a 30 años de prisión.

Por ello, con este dictamen se pretende erradicar los ataques con ácido que, junto con los feminicidios, son una forma extrema de violencia que pretende marcar el cuerpo de las mujeres y prolongar su dolor.

Al presentar el dictamen, la senadora Martha Lucía Micher Camarena, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, refirió que en México la edad promedio de mujeres que sufren estos hechos de violencia es de entre 20 y 30 años.

La presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos, Segunda, Ana Lilia Rivera Rivera, destacó que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación identificó que estos ataques tienen alta carga simbólica, ya que pretenden marcar de por vida a la víctima, mediante la desfiguración de su rostro.

La senadora María Merced González González, de Morena, enfatizó que no debemos permitir la normalización de conductas detestables que reflejen una sociedad machista y misógina, por lo que llamó a legislar para que las mujeres no sean víctimas de ataques tan arteros y cobardes.

Por el PT, la senadora Cora Cecilia Pinedo Alonso señaló que la violencia contra las mujeres se manifiesta de diversas formas, por lo que este dictamen reconoce el acto de infligir un daño que provoca lesiones internas o externas.

De Movimiento Ciudadano, la senadora Verónica Delgadillo García manifestó: “debemos dimensionar lo que representan estos ataques, porque el agresor ataca la integridad y el cuerpo.

Graciela Gaitán Díaz, senadora del PVEM, aseguró que con este dictamen se hace visible uno de los actos machistas de violencia más aberrantes, que dejan una marca permanente en la víctima.

La senadora Alejandra del Carmen León Gastelum calificó el ataque con ácido como uno de los actos más viles en contra de la mujer, pues se realiza por venganza, cuando ella se niega a satisfacer deseos y caprichos del hombre.

El Senado dedicó su sesión a la aprobación de diversos cambios legales que permitan prevenir y sancionar la violencia en contra de las mujeres en todos los ámbitos y garanticen su acceso paritario y con equidad a responsabilidades que hoy están a cargo de varones.

Todos los dictámenes se aprobaron por unanimidad, y la minuta se devolvió a la Cámara de Diputados, para continuar el trámite legislativo.