De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y varias agencias de la ONU, una mujer muere cada dos minutos en todo el mundo debido a complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto. Esto significa que cada año, alrededor de 300,000 mujeres pierden la vida por estas causas.

A pesar de que la mayoría de estas muertes maternas se pueden prevenir, el número sigue siendo demasiado alto.

Según las estimaciones más recientes publicadas en un informe de varios organismos de las Naciones Unidas titulado Tendencias en la mortalidad materna, se revelan alarmantes retrocesos para la salud de las mujeres en los últimos años, puesto que prácticamente en todas las regiones del mundo el número de muertes maternas ha aumentado o se ha estancado su descenso.

Pese a que el embarazo debería ser un momento de enorme esperanza y una experiencia positiva para todas las mujeres, sigue siendo por desgracia una experiencia increíblemente peligrosa para millones de mujeres de todo el mundo que carecen de acceso a una atención de salud respetuosa y de alta calidad, señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El embarazo y el parto son procesos naturales en la vida de una mujer, pero a menudo son considerados de alto riesgo debido a las complicaciones que pueden surgir.

En muchos países, el acceso a la atención médica es limitado o inexistente, lo que puede llevar a graves consecuencias para la salud de las madres y sus bebés.

La falta de información y educación sobre la salud reproductiva también juega un papel importante en la muerte materna.

A pesar de los avances en la atención médica, la muerte materna sigue siendo un problema grave en todo el mundo.

“Para millones de familias, el milagro del alumbramiento se ve empañado por la tragedia de la mortalidad materna”, señala la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. “Ninguna madre debería temer por su vida al traer un bebé al mundo, especialmente cuando se dispone de los conocimientos y las herramientas para tratar las complicaciones habituales”.

Las causas de las muertes maternas son variadas y pueden incluir hemorragias, infecciones, preeclampsia y complicaciones relacionadas con abortos inseguros.

Estas causas son evitables y, sin embargo, cada año miles de mujeres pierden la vida por estas razones.

Acceso limitado a la atención médica

Una de las principales razones por las que las mujeres mueren durante el embarazo y el parto es la falta de acceso a la atención médica.

En muchos países, las mujeres viven en zonas rurales o remotas donde no hay clínicas o hospitales cercanos.

Además, las mujeres de bajos ingresos a menudo no tienen seguro médico y no pueden pagar los servicios de atención médica privados.

La falta de acceso a la atención médica es especialmente problemática en países en desarrollo donde la mayoría de la población vive en la pobreza.

La falta de infraestructura y personal médico capacitado también contribuyen a la situación.

Educación y conocimiento insuficientes

Otra razón por la que las mujeres mueren durante el embarazo y el parto es la falta de educación y conocimiento sobre la salud reproductiva.

Muchas mujeres en todo el mundo no tienen acceso a la educación sexual y reproductiva y, por lo tanto, no saben cómo prevenir embarazos no deseados o cómo cuidar adecuadamente de sí mismas y de sus bebés durante el embarazo y el parto.

La falta de información también puede llevar a la desconfianza en los servicios de atención médica y a la toma de decisiones poco informadas sobre la salud reproductiva.

Esto puede aumentar el riesgo de complicaciones y, en última instancia, de muerte materna.

En resumen, la muerte materna sigue siendo una triste realidad en todo el mundo. Las causas son variadas, pero muchas son evitables a través de una mejor atención médica y educación sobre la salud reproductiva.

Es importante que se tomen medidas urgentes para abordar este problema y garantizar que todas las mujeres tengan acceso a la atención médica adecuada y la información necesaria para tomar decisiones informadas sobre su salud reproductiva.