La opresión que las mujeres vivimos simplemente por ser mujeres empieza en casa. Aunque cada vez hay más consciencia de la importancia de gozar de más libertades, la realidad es que muchas mujeres siguen viviendo con menos accesos que los hombres.

En muchas familias, por ejemplo, a las mujeres se les enseña que son las únicas responsables de las labores del hogar y no se les permite el acceso a la educación, mientras que los hombres pueden ir a la escuela o a trabajar. Negarle la educación o empleo a una mujer es una herramienta para controlarla y esclavizarla. Todas y todos tenemos derecho a recibir educación y todos somos responsables de las labores del hogar, sin importar el género.

Además de la educación formal, el arte también nos educa y colabora a generarnos empatía, autoconocimiento y libertad mental.  Virgina Woolf, una escritora fundamental del movimiento modernista del siglo XX, escribió: “puedes cerrar todas las bibliotecas si quieres, pero no hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”. 

Por eso es importante no solo abrirnos a la educación sino al arte, así como darle espacio a las mujeres en el arte, pues es un ámbito más que ha sido acaparado por los hombres.

Recomendaciones del mes

Película: Jeanne Dielman 23, quai du Commerce 1080 Bruxelles (1975)

En esta película, Chantal Akerman retrata la vida rutinaria de una ama de casa viuda, quien dedica su existencia a labores del hogar y a prostituirse para poder alimentar a su hijo adulto.

Libro: El Cuento de la Criada (The Handmaid’s Tale) por Margret Atwood (1985)

En esta novela distópica, Margaret Atwood analiza el rol que el patriarcado impone a la mujer controlando su acceso a la educación e información, así como su libertad y libre albedrío. De este libro se desprende la serie del mismo nombre, la cual se lanzó en 2017.

© D.R. Alexandra Stevens, 2019.